martes, 13 de octubre de 2009

La lava del Volcan Pacaya

En Guatemala a una hora de Antigua esta el volcán viviente de Pacaya. Se llama así por que hay mucha pacaya alrededor de la montaña. Por cierto cuando estén dentro de los chicken buses, decididamente, deben de comprar un taco de pacaya rebosado en salsa de tomate.

La subida es muy larga, y para los gorditos sin condición como mi amigo guatemalteco capitalista, vestido en verde con un suéter atado al cuello, se vuelve casi imposible. No es broma lo de sus tendencias económicas, si lo de mi amigo.

En la foto donde se ve la fábrica con paredes verdes, están viendo una multinacional israelí, tomar el vapor subterráneo que posee, producir energía eléctrica, el Pacaya y los guatemaltecos solo nominalmente. Ya que los beneficios están siendo llevados en un 80% al país del medio oriente, y el residuo directo aprovechado (por la bendecida inversión extranjera, como dicen muchos gobernantes conservadores) para el país no llegan ni al 17.5% , de acuerdo a cifras publicadas por la secretaria de energía guatemalteca.

Lo mejor del recorrido llegar a la cima y ver la lava a dos metros.

Lo mas impactante, ver pasar en una mini explosión una piedra incandescente a 30 cm.

Lo peor, después de estar parados 5 minutos en la roca de lava, los zapatos se fundían y podíamos sentir como nuestros pies se quemaban.


Amaneciendo en Montebello

Despues de la noche más angustiante del viaje. Amanecimo solos en Montebello, su laguna principal, nos desperto. Las fotos muestran la belleza del paisaje y el video el eco del saxofon rebotando en las montañas.




viernes, 9 de octubre de 2009

Three weeks in Guatemala































The difference when we arrived over the border from Mexico to Guatemala was immediately obvious. From seeing small organized Chiapas villages over rolling hills to a chaotic, hot and sweaty town of La Mesilla just over the border made me feel like I was finally leaving the country I had become accustomed to for the last 2 years. We immediately got thrown onto a ´Chicken bus´ heading for Huehuetenango, the first of many towns with a ´tenango´ at the end of its name which inevitably get shortened to more easily spoken appreviations. This town was known as ´Hue hue´ or ´way way´ as I soon got accustomed to hearing the bus conductor shout every 2 minutes to the side of road for the 2 hour scenic journey… well I say scenic, It felt more like a death roller coaster on the hill side turns with me either squashing into Rodrigo or a traditionally dressed indigenous woman holding a nearly crushed child in a shawl on her back. This journey was the first of many other similar ones to come. But I have to say even after 2 weeks I still held my breath for most of the journeys.
Our time in Guatemala ended up having more travelling than originally planned as we decided not to do the voluntary work and spend a bit more time seeing places people had recommended along the way. The best of which for me were Lake Atitlan, Tikal ruins and Samuc Champey. Lake Atitlan was just picture postcard perfect from every angle. It was great staying in the very hippy San Marcos where we had massages by practioners who had gone there for holidays and stayed for years, we swam from small piers into the lake and I played music with a transgender guitarist who sang Mexican Mariachi songs in an operatic voice that definitely sounded more male than female. I would definitely go back there. Tikal ruins in the north of Guatemala are the mother of all Mayan ruins and awe inspiring to see from the bottom and the top and walk through dense jungle with monkeys swinging through trees to get to the next set of temples. We also stayed in El Remate where we could kayak and swim in the Peten Itza lake while the sunset. The last place in our Guatemalan journey was the much talked about Semuc Champey. But I am so pleased we made the effort to go there. It really was incredible, particularly as we did a tour from our hostel that also involved caving and tubing down the river. The water in Semuc is a beautiful torquise-blue that is so crystal clear we could see 3 meters down to the bottom. The great thing is the knowledge that water was also rushing underneath through a tunnel of dangerous rapids while we swam safely above. Most definitely the most stunning dramatic and weird natural sight I have ever seen.
Guatemala has so much to offer and without meaning to sound like a tourist tout I recommend it for it’s natural beauty and it’s chaoticness. Just be prepared for some bumpy long journeys, over enthusiastic bus conductors and some a strange mix of foreign self importance over local efforts. Go with the flow!

Cruce de la frontera entre Mexico y Guatemala


Por fin les voy a hablar de Guatemala. Después de haber dejado ese país y también Nicaragua, lo sentimos, por no poder actualizarlo antes. Pero las libertades de viajar y llegar a lugares con poca o nula conexión al otro mundo, hacen que sea muy difícil disfrutar el lugar y contarles este cuento.

Llegamos a Guatemala por la frontera cercana a Comitán en Chiapas, la mesilla. Cruzamos doscientos metros caminando y pisamos suelo de los chapines. En la oficina de migración, sellaron rápidamente nuestros pasaportes y nos dieron 90 días de estancia, sin preguntar nada. No estaba listo para un cambio tan radical, esperábamos un Chiapas, o un México muy parecidos, en estructura, gente y la forma en hacer las cosas. Lo primero que paso es que fuimos caminando a “la estación” de autobuses, caminamos como 2 km cuesta arriba con 20 kg promedio a nuestras espaldas, por las maletas, con un sol fuerte a las 12 del día. No compramos nada de tomar en el camino porque pensábamos hacerlo en la estación, sentarnos y esperar el camión de salida a Huehuetenango, que era la primera parada para después llegar a Xela, nuestro primer destino.

Cuando vimos la estación desde lejos… Nos quedamos sin palabras, me parece que un poco hasta sin pensamientos. Primero porque la estación no era más que un terrenal con autobuses, estos eran camiones de escuela gringa de los 50´s, pintados de distintos colores, los benditos guajoloteros, en fin arriba esta la foto. Se acuerdan la primera película de Pesadilla en la calle del Infierno, donde salía el camión de escuela pintado de amarillo, circulando por las calles, y después la garra de Freddy Kruger, digamos que era paralelamente atemorizante subirse a uno de estos. Nuestro reality check en ese momento fue, el hecho de que no íbamos a estar sentados en un lugar cómodamente, viendo una película, leyendo, ni siquiera un chesco nos iban a dar. Ja, ilusos. La razón por la que nos quedamos sin pensar, fue porque en Guatemala no puedes estar cerca de un autobús, sin que los ayudantes del chofer se te acerquen y pregunten a donde vas, después de que confirmes que vas hacia donde ellos, te ordenen que te subas y te arrebaten tu mochila. Simplemente seguimos el momento y la corriente. Cuando viajas te adaptas, a lo que sea y como venga.

Los chóferes manejan, demasiado rápido, demasiado. Las carreteras son de ida y vuelta, pero ni si quiera caben dos camiones bien, cuando se encuentran en contrasentido. Sin embargo ellos rebasan y si en efecto ¡en curva! Esa parte de Guatemala esta bendecida por la continuación de la Sierra Madre Occidental Mexicana, los caminos tienen más curvas que Maribel Guardia.

 
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