Por fin les voy a hablar de Guatemala. Después de haber dejado ese país y también Nicaragua, lo sentimos, por no poder actualizarlo antes. Pero las libertades de viajar y llegar a lugares con poca o nula conexión al otro mundo, hacen que sea muy difícil disfrutar el lugar y contarles este cuento.
Llegamos a Guatemala por la frontera cercana a Comitán en Chiapas, la mesilla. Cruzamos doscientos metros caminando y pisamos suelo de los chapines. En la oficina de migración, sellaron rápidamente nuestros pasaportes y nos dieron 90 días de estancia, sin preguntar nada. No estaba listo para un cambio tan radical, esperábamos un Chiapas, o un México muy parecidos, en estructura, gente y la forma en hacer las cosas. Lo primero que paso es que fuimos caminando a “la estación” de autobuses, caminamos como
Cuando vimos la estación desde lejos… Nos quedamos sin palabras, me parece que un poco hasta sin pensamientos. Primero porque la estación no era más que un terrenal con autobuses, estos eran camiones de escuela gringa de los 50´s, pintados de distintos colores, los benditos guajoloteros, en fin arriba esta la foto. Se acuerdan la primera película de Pesadilla en la calle del Infierno, donde salía el camión de escuela pintado de amarillo, circulando por las calles, y después la garra de Freddy Kruger, digamos que era paralelamente atemorizante subirse a uno de estos. Nuestro reality check en ese momento fue, el hecho de que no íbamos a estar sentados en un lugar cómodamente, viendo una película, leyendo, ni siquiera un chesco nos iban a dar. Ja, ilusos. La razón por la que nos quedamos sin pensar, fue porque en Guatemala no puedes estar cerca de un autobús, sin que los ayudantes del chofer se te acerquen y pregunten a donde vas, después de que confirmes que vas hacia donde ellos, te ordenen que te subas y te arrebaten tu mochila. Simplemente seguimos el momento y la corriente. Cuando viajas te adaptas, a lo que sea y como venga.
Los chóferes manejan, demasiado rápido, demasiado. Las carreteras son de ida y vuelta, pero ni si quiera caben dos camiones bien, cuando se encuentran en contrasentido. Sin embargo ellos rebasan y si en efecto ¡en curva! Esa parte de Guatemala esta bendecida por la continuación de
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